ORIGEN E IDENTIDAD

Desde hace más de tres mil años, la cuenca del lago Titicaca ha sido centro de una tradición textil extraordinaria. Los tejidos han constituido parte primordial del desarrollo de culturas como la Chiripa, Pukara, Tiawanacu, Aymara e Inca y aunque su principal aplicación sea utilitaria, como vestimenta, la tradición textil forman parte de la expresión política, religiosa y social de esos pueblos.

En tiempos precolombinos, el tejido era considerado como el regalo más importante que se podía dar. Además, Se constituyen en una suerte de distintivo básico de cada fase del ciclo de la vida, como lo es aún en muchas zonas de Bolivia y Perú.

En la región del Proyecto “Consolidación y desarrollo de micro emprendimientos para artesanos textiles como medio de empleo alternativo e ingresos para mujeres en situación vulnerable” , aledaña al lago Titicaca, se pueden diferenciar tres épocas en su historia de tradición textil: Inca (1420-1540), Colonial (1580-1930) y Contemporánea (1930 – 1970). Es denotar que no quedan piezas pre-incaicas, provenientes de tiempos de Tiahuanaco (200-1100 DC) o del Señorío Aimara (1100-1471).

Tampoco diferencias o mayores cambios entre el estilo Colonial y Contemporáneo, solo varían por el uso de diferentes tipos de fabricaciones de tejido y por la utilización de la anilina, sustancia química que sirve para fabricar colorantes.

Periodo Incaico (1471 - 1540)

Las Islas del Sol y de la Luna fueron “descubiertas” por los incas en una época tardía de su imperio. Los lupacas y kollas, que pertenecieron a los señoríos aimaras más importantes, no permitían que los incas entrasen al lago Titicaca. Solo fue posible su incursión con el noveno inca Pachakuti. Su hijo Tupac Yupanqui (emperador 1471-1493) fue el primero en llegar a la Isla del Sol. Prontamente estableció a la isla como el centro principal de peregrinaje de todo el imperio y restableció el camino de peregrinos que existía antes en la época de Tiahuanaco (200-1100 D.C.). Las Islas del Sol y de la Luna continuaron como lugares de peregrinación hasta la llegada de los españoles en 1540.

En tiempos de los incas, las islas del Sol y de la Luna fueron uno de los principales centros de producción de tejidos de un refinamiento exquisito. La espalda de la Roca Sagrada, en la Isla del Sol, estaba recubierta con textiles finos de lana de vicuña. De acuerdo al arqueólogo estadounidense Adoph Bandelier, dos unkus incaicos (camisas o vestidos para hombre) se hallaron cerca de la Roca Sagrada, ambos de una calidad extraordinaria, usados por el Inca o los sacerdotes principales.

El padre Alonzo Ramos Gavilán describe en 1621 la vestimenta de las tejedoras de la Isla del Sol y dice:“La ropa e hilado de estas vírgenes era lo más curioso y de mayor estima que había en el reino, pues había de servir para el ministerio de los ídolos, como para el vestuario del Inca, o de sus Capitanes más señalados (Ramos Gavilán en Rocha Callapa 1992: 88).”

En el tiempo de los incas, la Isla de Coati fue también famosa por sus tejedoras. Su nombre proviene de Coyata, lugar de ‘la coya’, autoridad femenina que mandaba y mantenía a las ‘ñustas’ (princesas en el imperio inca), quienes eran encargadas de la veneración a la luna. Una responsabilidad principal en el templo Iñak Uyu era producir tejidos finos para la familia real de los incas, razón por la que llegaban allí solo las tejedoras más hábiles del imperio.

Dos unkus (camisas o vestido de hombre) incaicos de calidad extraordinaria, encontrados cerca de la Roca Sagrada en la Isla del Sol. En ambas piezas fueron utilizadas técnicas de tejido, tapicería y arte de plumaria.

Periodo Colonial (1580 - 1930)

Con la llegada de los españoles en el siglo XV adviene una nueva clase de poder y la iconografía de los tejidos comienza a cambiar. El tejido transicional chuspa o bolsa de coca de la época colonial es una síntesis de expresiones artísticas indefinidas y europeas. También el tejido del unku (camisa o vestido de hombre) cambia para convertirse en poncho en el siglo XVIII. Durante la época de la colonia la gran riqueza de la cultura de tejidos desapareció rápidamente en la zona. En primer lugar, la mayoría de la población de las islas fue expulsada a otros lugares y por algunas décadas, nadie vivió en ellas. A fines del siglo XVI, algunas personas de las mismas familias y otras ajenas comenzaron a repoblarlas. Sin embargo, debido al éxodo obligado de las maestras de tejido, se perdió la transmisión del excepcional conocimiento textil que allí había.

Otros factores para el desvanecimiento de este arte durante este periodo fueron la prohibición de tejer y la proscripción del uso de la vestimenta originaria entre los campesinos. Esa última prohibición pudo ser aplicada fácilmente también allá debido al escaso número de habitantes. Incluso para 1930, por ejemplo, vivían solo 30 personas en toda la Isla del Sol y eran obligadas a trabajar para los patrones por lo que no había tiempo para tejer. En contraste con otros lugares, donde por varias razones se pudo mantener la práctica del tejido, en las islas del Sol y de la Luna se perdió el uso de gran variedad de técnicas y el manejo de tintes naturales.

Es de lamentar también que no hay piezas textiles antiguas debido en primer lugar a la pérdida de la tradición, pero también por el saqueo arqueológico desvastador. El gran interés que empezó a despertar la provincia Manco Kápac por su legado cultural (la separación de Manco Kápac de la provincia de Omasuyos en el Departamento de La Paz) ocasionó una merma impresionante.

En 1953 se conoció y difundió recién la gran importancia que tiene esa provincia como patrimonio arqueológico y cultural, hecho que atrajo a muchos aventureros y arqueólogos en búsqueda de piezas de valor. El interés de coleccionistas extranjeros y bolivianos ha decantado en una disminución enorme de las piezas. Este fenómeno

de extranjeros que se acercan a las islas con el objetivo de comprar piezas antiguas, ha sido frecuente durante los últimos 20 años. En otras palabras, se destaca que ha sido imposible encontrar piezas de la población autóctona. La mayoría de estas proviene de mediados del siglo XX con los primeros usos de producción con anilina, que muestran una mezcla de colores sintéticos y a veces mezclados con tintes naturales. Sin embargo, existen algunas piezas que confirman por su estilo de tejido antiguo, su pertenencia a la provincia Manco Kápac.

Como la población de Isla del Sol proviene de otros lugares (Bandelier 1910), para estudiar su estilo es necesario trazar sus orígenes. El patrón de lo que hoy es la comunidad de Ch’alla, por ejemplo, era de Puno. Por este motivo, el estilo de Puno, Chucuito y Juli, en Perú, corresponden al estilo antiguo de la Isla del Sol. Una chuspa de Chucuito en Perú del siglo XVIII tiene exactamente la misma iconografía que una faja antigua que procede de la comunidad de Challa en la Isla del Sol (ver fotos más adelante).

En cuanto al estilo de la Isla Coati, las pocas piezas que existen provienen igualmente de la Isla del Sol, sin embargo ninguna de las famosas piezas incas hechas en el templo Iñak Uyu se encuentran a la fecha en la isla. Las pocas piezas antiguas localizadas en Coati no son anteriores al siglo XX, por lo cual solamente existen piezas hechas en tiempos contemporáneos.

Faja con mezcla tintes naturales e añelina, estilo colonial. Principios de siglo XX. Colección privada, procedencia Ch’alla Isla del Sol.

Estilo Colonial

El estilo colonial (1580 – 1930) de esta región se caracteriza en primer lugar por el contraste de colores: antes no existía el degradé o degradado de colores (matizado) como en los contemporáneos. Los tejidos de esa época tienen una pampa roja o verde, lograda de cochinilla y thola para el verde. La cochinilla se intercambiaba entre los habitantes procedentes de los valles y la thola crece localmente en abundancia. Existía relativamente poco conocimiento de los tintes naturales: a veces se encuentra amarillo (de las flores misiku o inca inca) o rosada (de la planta mullaka), pero siempre dominando el rojo y el verde.

El centro o taypi del tejido tiene las figuras principales delineadas con filas de diferentes colores, lo que es característico de los tejidos aimaras. Mayormente en los bordes se exponen una variedad de figuras. En tiempos coloniales, la vestimenta diaria para el varón era pantalón y chaleco de oveja, complementado con una chuspa y sombrero. La mujer vestía una manta de alpaca negra y una pollera de color rojo. Actualmente, solo se mantiene la vestimenta de uso colonial para las fiestas y rituales principales.

Tradición y uso de Textiles en Tiempos Contemporáneos (1930-1970)

La transición de estilos antiguos a estilos contemporáneo proviene del ingreso de las fábricas de textiles como de Obrajes en los años 1930, cuando se introdujo una nueva estética basada en el degradé de colores. Poco antes, ya a finales de siglo XIX, se incursionó el uso de los primeros colores sintéticos, denominados anilinas. Los primeros tejidos con anilina siguieron el manejo de color y diseño del estilo colonial. La transición se ve marcada por la intención de llegar a diseños más simples: en textiles contemporáneos, la iconografía del centro frecuentemente desaparece y la iconografía de los bordes de tiempos antiguos, pasa a ser el icono principal. En los bordes aparecen iconografías o figuras más simples como la qoto, churu (olas del lago) o solamente líneas de otro color. Este estilo se ha adoptado a partir de los años 1930 a 1970 y continúa hasta ahora.

Es de notar que durante los años setenta la costumbre de tejer decayó poco a poco.

“TRADICION,CALIDAD Y USO DE LOS TEXTILES DEL LAGO TITICACA” FUNDACION CODESPA 2017 

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